Durante muchos años hemos estado adoptando costumbres del extranjero, nuestra
cultura ha sido increíblemente modificada con cada día que transcurre en la
existencia misma. La globalización nos ha orillado a seguir patrones, modas y
opiniones –entre otras cosas- que las grandes potencias nos imponen; hay algo
que vuelve a las culturas ajenas a la de nuestro México bastante hechizantes.
Somos humanos y sentimos
curiosidad por conocer más allá de lo que está a nuestro alcance y esto no es
malo, sin embargo puede llegar a convertirse en un problema: es muy probable
que nuestro feroz apetito por conocer y adaptar nuestro estilo de vida al de
otros “mundos” se deba a que tenemos un conocimiento preocupantemente pobre
sobre nuestras raíces. Un claro ejemplo es como actualmente la mayoría de la
población mexicana, en especial, nosotros los regios, preferimos celebrar Halloween con más entusiasmo que el
bello Día de muertos e incluso
llegamos a creer que son técnicamente lo mismo, cuando son festividades
totalmente diferentes en cuanto a su historia y objetivos. A continuación te presentamos una lista de cosas que hacen a cada
una, no superior a la otra, sino distintas y únicas.
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Halloween
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Día de muertos
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En sus inicios celebrado por los celtas
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El nombre original de la ceremonia era Samhain
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Durante la ceremonia se hacían sacrificios de
animales y personas, además de actos sexuales y ritos de brujas y hechiceros
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El fin era ahuyentar a los malos espíritus y
demonios usando las pieles y máscaras de animales y conmemorar la cosecha y
el inicio de los días oscuros,
refiriéndose con esto al inicio del invierno, donde los días son más cortos y
el sol se oculta más pronto.
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Con la evangelización católica ciertos actos
fueron suprimidos y pasó a ser All
hollowmass, posteriormente All
hollows eve (refiriéndose a la víspera de todos los santos) y terminó
siendo llamado Halloween.
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Con el paso de los años se introdujo dulce o travesura después de la
tradición de ir pidiendo de casa en casa pan de muerto (el cual contenía
pasas). La costumbre era que por cada pieza obtenida, se rezaba por el alma
del difunto.
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En sus inicios celebrado por mexicas, mayas y
totonacos
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Existían dos días en los que conmemoraban a
los difuntos: Miccailhuitontli o fiesta
de los muertitos, celebrada alrededor del 16 de julio y en el
décimo mes del calendario se celebraba la Ueymicailhuitl
o fiesta de los muertos grandes.
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Desde sus inicios se hacían altares en honor
a aquellos quienes habían muerto. Los cadáveres eran sepultados con objetos que se creía, necesitarían para atravesar los caminos de la otra vida.
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El fin de la ceremonia era festejar la
muerte, pues se creía que después de fallecer, las personas retornarían
tiempo después en forma de ciertos animales.
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Con la colonización y evangelización ciertos
ritos fueron suprimidos también y esta celebración se mezcló con el ya
existente día de todos los santos.
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Esta festividad es reconocida por la Unesco
como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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El punto a final de cuentas es marcar una pauta y resaltar
las cualidades de cada festividad, sin olvidar la importancia que tiene la
constancia en la preservación y cultivo de nuestras raíces. Tenemos en nuestras
manos poco de lo que queda de nuestro verdadero México y es vale más que nada.
Nuestro Día de muertos es algo
totalmente incomparable.
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